Si estás pensando en el trabajo fin de grado es que ya te queda nada y menos para conseguir tu titulación. Demostrar que has aprendido lo que se esperaba durante el grado no tiene por qué ser una tarea tediosa, puede convertirse en una actividad de investigación en la que descubras tu verdadera vocación o el camino por donde quieres continuar tu carrera, tanto profesional como académica. Te damos cinco consejos para que saques el máximo partido de esta experiencia, además de una buena nota.
1. Elegir un tema
Ten en cuenta que la originalidad suele premiarse, pero tiene su porqué: la búsqueda de información y la elaboración de las conclusiones es más compleja. También resulta más costoso conseguir que el trabajo sea coherente. Sin embargo, la experiencia merece la pena, el proceso de aprendizaje es mucho más estimulante, no te aburrirá. Ideal si te gustan los retos y si quieres lucirte con la nota final.
Si solo pretendes quitártelo de encima, elige un tema menos rompedor, pero más seguro. Habrá cantidad de información que tendrás que seleccionar, las conclusiones serán las mismas a las que ya han llegado otras personas (aunque uno siempre puede aportar su granito) y las tareas serán más rutinarias. Quizá se convierta en un mero repaso de conocimientos, pero eso también está permitido. Si lo haces dentro de las normas, puede que no saques una nota brillante, pero lo aprobarás sin grandes quebraderos de cabeza.
2. Elegir quién te dirige el trabajo
Muchas veces no se sabe qué va antes, la elección del tema o la del director del trabajo. Si durante tus estudios te ha impresionado especialmente uno de tus profesores y estás interesado en que te dirija tu trabajo fin de grado, concéntrate en los conocimientos sobre los que hace énfasis en sus clases y busca un tema que tenga cierto atractivo dentro de su universo.
Si tienes ya muy claro tu tema, solo has de encontrar a la persona que encaja mejor para dirigirte el trabajo. Su trayectoria profesional y su área de especialidad te darán la pista. Hay muchas facultades que facilitan un listado de profesores que pueden dirigir un TFG y los temas o líneas de investigación que les interesa.
3. Programar un calendario
La organización del TFG es fundamental. Vas a tener que manejar mucha cantidad de información o de datos y te verás inmerso en un proceso de investigación mucho más complejo que los que has iniciado hasta ahora. De eso se trata también, de poner a prueba tu capacidad de llevar a cabo una investigación y elaborar unas conclusiones a partir de tus estudios.
Prepara un calendario con las fechas oficiales (exámenes, sesiones de la asignatura, exposición oral…) y reparte el número de horas que estimas que debes dedicar al trabajo (tu director puede orientarte) semana a semana hasta la fecha de entrega.
4. Buscar fuentes y materiales
Aquí el asesoramiento de tu director de trabajo y las recomendaciones de la asignatura serán de gran ayuda para encontrar las fuentes que debes consultar y los materiales que has de tener en cuenta. Esta cantidad de información necesita que la organices meticulosamente. Registra cada consulta especificando la fuente o el material del que parte para que luego te sea más sencillo justificar todo lo que expones en tu trabajo.
5. Fundamentar, justificar y exponer
A la hora de componer el trabajo, de darle estructura, tienes que tener muy claras las ideas de las que partes y reflejarlas en el texto para que las conclusiones a las que llegas queden bien fundamentadas. No expongas una conclusión sin haber mencionado las premisas que te llevan a ella. A los que te evalúan les debe quedar muy clara esta relación, esta es la base de la argumentación.
Debes atender también a la manera en que te expresas, a la redacción y exposición de material gráfico y anexos. Emplea un lenguaje sencillo en el que vayas incluyendo los tecnicismos de una manera unificada. Evita las expresiones complejas y el uso de la pasiva porque hacen mucho más pesado el texto.
Pon especial atención a la elaboración de las secciones de la bibliografía y del índice. Este último, si está bien detallado, puede suponer un resumen muy ilustrativo del trabajo para quien te evalúe. La bibliografía reflejará la orientación que has seguido.
Por último, cuida la presentación del trabajo. No es necesario que emplees un diseño muy elaborado, lo importante es que todo siga un orden lógico y que se lea con comodidad. La consulta de trabajos anteriores que se hayan presentado y seguir los consejos de tu director y de la asignatura son las guías que te ayudarán a conseguirlo.
Cuando tengas listo tu proyecto, solo te quedará presentarlo. Una buena exposición será crucial para la evaluación de tu trabajo fin de grado. A esas alturas, te lo sabrás al dedillo y ya solo te quedará recurrir a tus dotes de comunicación para contarlo de la mejor manera posible. Estos consejos te ayudarán a hablar en público con soltura.