También en remoto o híbrido es fundamental ser consciente de que trabajas con compañeros y clientes. Por tanto, las habilidades blandas son necesarias y además aumentan tu valor frente a la automatización. Las destacadas este año son trabajar en equipo, resolver problemas, organizar y planificar, así como mantener una actitud positiva y tener iniciativa. Para que estés entrenado en ellas, mejores tu employee branding y el rendimiento dentro de la empresa, sigue estas claves.
Habilidades blandas que destacan
Más allá de las competencias y requisitos técnicos que soliciten en una vacante, tú como ser humano, aportas un valor insustituible por las máquinas, que como mucho pueden simular lo que tú puedes aprender. Las soft skill o habilidades blandas están en la cúspide de esta jerarquía. Algunas de ellas las habrás ido adquiriendo y mejorando a lo largo de tu trayectoria profesional y otras vendrán de serie.
“Respecto a las habilidades interpersonales o soft skills que debería reunir el candidato ideal, las más valoradas son: capacidad para trabajar en equipo, resolver problemas, organizar y planificar, así como mantener una actitud positiva y tener iniciativa” (p. 20 del Informe Infoempleo Adecco, 2020). Junto a ellas también se sitúan la comunicación, la adaptación al cambio y la tolerancia a la presión.
Claves para entrenarlas
A la hora de preparar una entrevista o para mejorar tu rendimiento en el puesto de trabajo, procura entrenar estas habilidades blandas. Lo habitual es practicar con dinámicas a ser posible en grupo. Tanto de manera colectiva programada como en el día a día, pon en juego las distintas soft skills:
- Comunicación: quien recluta busca discriminar entre estilos pasivo, agresivo o asertivo, siendo esta la opción más solicitada. Esta habilidad capacita para la resolución óptima de problemas, es decir, de manera racional y sistemática. Sin miedo a tomar decisiones e implementar soluciones.
- Liderazgo: primero, elabora una lista con los rasgos que consideras importantes en un puesto de responsabilidad. Luego, contrasta con las características que consideran importante los otros, para finalmente practicar el argumentario que defienda al líder ideal. Tener iniciativa es una de las más valoradas.
- La organización y la planificación es un hábito, es decir, en cuanto que lo pongas en la práctica en tu día a día, lo automatizarás. Sin mayor esfuerzo, cuando se presente ante ti un proyecto te descubrirás pensando en plazos, entregables, recursos y opciones.
- Mantener una actitud positiva no solo es útil y necesario en el ámbito laboral. Y no se trata de dibujar unicornios de colores sino de traducir los problemas en desafíos. Negar las dificultades del día a día lo máximo que puede conllevar es a generar rabia. Sin embargo, enfocar los aprendizajes y destacar las oportunidades te hace crecer y vivir feliz.
- La empatía y la escucha activa están estrechamente relacionadas con el trabajo en equipo. Coordinarse con otros seres humanos de manera eficaz es la consecuencia de estar dispuesto a ponerse en el lugar del otro y a cambiar de opinión, si es lo mejor para el proyecto.