Setenta y tres alumnos de Secundaria, en su mayoría de 4º curso de la ESO y Bachillerato, pertenecientes a dieciséis centros escolares distintos compitieron el pasado viernes para formar parte del equipo olímpico español que participará en unas Olimpiadas Lingüísticas Internacionales.  Es la primera vez que España participa oficialmente en esta competición. Los cuatro ganadores viajarán a Pekín para defender los colores nacionales.

La Olimpiada Lingüística Española (OLE) es una dura competición en la que estudiantes de secundaria y bachillerato tienen que resolver distintos problemas relacionados con lenguas de todo el mundo. Así, los estudiantes deben usar su ingenio para descifrar jeroglíficos egipcios, por ejemplo, o deben interpretar textos en Tenji (el equivalente japonés al Braille), o bien escribir nombres de equipos de fútbol en chino… ¡sin saber chino!

Para resolver estos problemas no es necesario que ninguno de ellos tenga conocimiento de una segunda lengua. Ni siquiera se requieren conocimientos previos de lingüística.

¿Qué miden las pruebas de la Olimpiada Lingüística?

Las pruebas de la OLE miden la capacidad de análisis lógico de los estudiantes, su paciencia y la imaginación para enfrentarse a problemas complejos sobre lenguas diversas. «No son los alumnos más inteligentes ni son pruebas para las que te puedas preparar, la OLE mide la capacidad de los chavales para enfrenterse a problemas nuevos en situaciones desconocidas», afirma Gema Ramírez, directora de Prompsit y organizadora de la OLE2014.

Más de 400 alumnos, según Guillermo Latour, organizador de la OLE, participaron en la primera ronda de esta competición que se desarrolló allá por el mes de enero en 22 institutos. Este pasado viernes, los 73 finalistas se enfrentaron en una competición individual de más de tres horas de duración para dilucidar los cuatro ganadores que viajarán a Pekín para enfrentarse a otros estudiantes de todo el mundo. Los resultados se conocerán en un par de semanas.

 

El viernes, desde las 10:30 de la mañana se fueron sucediendo una serie de pruebas en las que había que conjugar verbos en letón; resolver problemas matemáticos en aroma (una lengua malayo-polinesia); traducir un texto del mudarí (idioma propio del este de la India); manejar una lengua milenaria como el tocario; ó darle sentido a palabras turcas. Pero sin duda, la prueba más difícil resultó la última del cuadernillo.

Antes de terminar las tres horas de pruebas matinales los estudiantes debían contar con un sistema tan antiguo y desconocido como el que usan los pastores del norte de Inglaterra para enumerar las ovejas. ¡Un auténtico comecocos! Durante dos horas más, por la tarde, en grupos de cuatro, los participantes tuvieron que resolver un crucigrama en estonio con preguntas sobre geografía, matemáticas y astronomía.

El premio, bien vale la pena. Un viaje a Pekín, sede en 2014 de la International Linguistics Olympiad para participar de una experiencia única junto a estudiantes de más de 40 países de todo el mundo.

¿Cuál es el origen de esta prueba?

Las Olimpiadas Lingüísticas Internacionales se celebran desde mediados de la década de los 60. Stanislav Gurevich es actualmente el máximo responsable de la competición. Estos días ha estado en la Nave de la Innovación de la Universidad Miguel Hernández donde se ha desarrollado la OLE para ayudar, aconsejar y supervisar a los organizadores de la Olimpiada Nacional.

«Durante aproximadamente cuatro décadas -afirma- las OIL han estado monopolizadas por estudiantes de distintos países de la Europa del Este y Rusia; sin embargo, sin embargo desde hace aproximadamente diez años las Olimpiadas Lingüísticas Internacionales se han extendido a Europa Occidental, Asia, Norteamérica y Australia».

La fase final de estas Olimpiadas se celebra anualmente desde 2003. En la última edición, celebrada el año pasado, se dieron cita en Manchester (Reino Unido) un total de 35 equipos participantes pertenecientes a 25 países del mundo.