En todos los puestos de trabajo hay que negociar. Cuando se trabaja por cuenta ajena puede ser por la carga de trabajo o por las condiciones laborales. Si te encuentras en esta situación es mejor que sepas cómo afrontarla. Así podrás obtener lo que persigues. Para ello es imprescindible que evites a toda costa cometer errores en una negociación. Aquí sabrás cuáles son los más comunes y aprenderás a evitarlos.
Lo que debes saber de cualquier negociación
Llegar a acuerdos con otras personas forma parte del día a día. En el trabajo puede implicar obtener un día libre, un aumento de sueldo o definir convenientemente las tareas del puesto. Pero negociar no es convencer.
Una negociación se basa en el intercambio a través del diálogo. Para poder hacerlo debes conocer las necesidades, los intereses y los límites de la otra parte. Debes entender cuál es la jerarquía de prioridades del otro.
Como la negociación se basa en el diálogo, este debe mantenerse dentro de los límites de la educación. Denigrar al otro no te ayudará en nada. Y debes saber escoger bien las palabras y el tono. Hablar con la persona de mayor responsabilidad de tu empresa no es lo mismo que hacerlo con tu compañero de despacho.
Cuáles son los principales errores en una negociación y cómo evitarlos
Saber exactamente en qué consiste una negociación nos dice qué hay que hacer. Pero también nos da pistas sobre lo que hay que evitar. A pesar de que existan varias estrategias de negociación, hay también errores comunes a todas ellas:
- Deja las emociones fuera: Los componentes emocionales impiden un buen razonamiento y obstaculizan la toma de decisiones. Este es uno de los principales errores en una negociación. Ve siempre con la cabeza fría. Evitarás caer en trampas mentales y que la otra parte te manipule. Pero cuidado. Esto no significa que pierdas tu empatía.
- La comparación: Si comparas tu caso con el de otra persona puede que muestres que tienes información. Pero también mostrarás debilidad. Tu negociación debe ser única. Expón tus objetivos de forma independiente y en relación con las prioridades del otro.
- Ir punto por punto: Si además de un día libre necesitas un aumento de sueldo no negocies ambas cosas por separado. Trata de mantener ambos objetivos unidos. De este modo lo que se decida tendrá consecuencias para todo lo que esté sobre la mesa. Y evitarás que cada asunto se llene de concesiones.
- No cerrar la negociación: Dejar que la otra parte se lo piense es un riesgo. Porque el resultado puede ser una negativa. Hay que dejar la negociación cerrada. Así evitarás sustos.
- Mostrar debilidad: Debes ser asertivo. Encontrar un punto intermedio es la clave de la negociación. Ceder no significa ser débil. Si te sorprenden, intenta que no lo noten. Redirige la conversación y haz que la otra parte explique el elemento nuevo. Pero no caigas en dar una imagen de falsa seguridad.
- Mantenerse en el justo equilibrio: Las negociaciones tienen un punto de fragilidad. Si presionas demasiado se rompen. Si agobias demasiado a la otra parte lo más probable es que recibas una negativa. Permite que la otra parte exprese sus puntos de vista.