Prácticamente ya no se envían los CV en papel, pero eso no quiere decir que la carta de presentación haya muerto. Este formalismo es ahora el mail que envías para adjuntar tu currículum vítae, el campo del formulario en los portales de empleo reservado para añadir un texto cuando anexas tu CV o los mensajes directos que publicas a través de las redes sociales.
Cuando presentes tu candidatura, no quites importancia a este paso porque nunca resta y en la mayoría de ocasiones te ayudará a sumar puntos. Nos centramos en dos aspectos que te ayudarán a confeccionar la mejor introducción de tu perfil.
El contenido de la carta de presentación
Un consejo fundamental: personaliza siempre la carta. Puedes tener una estructura hecha que sirva más o menos para casi cualquier candidatura, pero incluye siempre información que indique que la carta la diriges específicamente a esa empresa y no a otra.
Si estás contestando a una oferta, señala que cumples determinado requisito. Aprovecha este recurso para destacar tu valía en ese campo. Si te comunicas de manera espontánea, sin que hayan solicitado candidatos, haz ver que conoces la trayectoria de la compañía y que te gusta determinado aspecto de ella.
La finalidad de una carta de presentación es, por un lado, sintonizar con los empleadores y, por otro, poner en bandeja de plata tu candidatura. Así pues, en el mensaje tiene que quedar claro por qué tu valía profesional será muy provechosa para la empresa. Transmite esta idea con empatía, intentando llegar al corazoncito profesional de quien lo va a leer. Llegados a este punto, puedes plantearte convertir la carta de presentación en una carta de motivación.
Aunque en principio se dé por hecho, no puedes dejar de decir algo fundamental: que cumples con los requisitos que están pidiendo. Si te falta alguno, no es momento para indicarlo, ya se darán cuenta por tu CV. Rescata de tu perfil aquello que más les va a gustar oír y, si tienes suficiente espacio, colócalo en el primer párrafo. Después puedes aludir a qué te ha motivado a presentar tu candidatura, en definitiva, qué te ha atraído de ellos.
La forma de la carta de presentación
Ya sabes que las cartas en papel deben llevar tu membrete y el de la empresa, además de la fecha y la población en la que te encuentras, colocado todo ello en la parte superior. Sin embargo, todo esto no será necesario en las comunicaciones digitales. Este tipo de mensajes deben adaptarse muchas veces a una extensión menor de texto. En este caso, hay que decir lo imprescindible.
Utiliza las fórmulas de cortesía. Al inicio, saluda, y despídete al final. Piensa bien el tono que quieres utilizar, no siempre hay que tratar de usted. Sin embargo, este trato es el estandarizado en el ámbito profesional cuando no conoces a tus interlocutores. Ahora bien, ¿te parece que no pega? Siempre hay excepciones y puede que el trato de tú sea mucho más adecuado en determinados casos.
Repasa y vuelve a repasar el texto, no permitas que salga con una errata, sea cual sea tu nivel de ortografía. Si estás en una plataforma que no te detecta los errores, copi-pega el mensaje en un programa o herramienta que sí lo haga.
Por último, si tienes oportunidad de introducir algo de diseño que personalice tu presentación, utiliza esta habilidad. Puede ser un cambio de tipo de letra, el color, alguna imagen de fondo, una disposición original… Muchas veces esta clase de recursos son los que animan a la lectura porque rompen la monotonía, pero hay que saber manejarlos para guardar una estética agradable.
Pon en práctica estos consejos e incluye tu carta de presentación en tu perfil de usuario en Infoempleo !!