Entrar a trabajar en una empresa familiar donde gran parte del personal se conoce porque son parientes tiene sus particularidades. De primeras, hay que andar con mucha cautela, puede que lo que confiesas a un compañero o compañera llegue a oídos de quien no quieres. Pero también puede tener su lado amable y que te veas favorecido en situaciones en las que la familiaridad se extiende a toda la plantilla.
¿Qué diferencia a una empresa familiar de otro tipo de compañías?
Tendemos a relacionar las empresas familiares con pequeñas y medianas empresas, pero no siempre es así. Hay grandes compañías que parten de un negocio familiar, como Zara o El Corte Inglés. De hecho, una empresa cotizada, donde la propiedad se divide en acciones, puede ser familiar. Este es el caso si la compañía fue fundada o adquirida por una persona y sus familiares o descendientes mantienen el control del 25% de las acciones.
Hay características más propias de una empresa familiar que de otro tipo de empresa. Por ejemplo, suelen contar con mejores condiciones laborales, más derechos para el personal contratado, y los valores están casi siempre mejor definidos. Esto provoca mejor ambiente que en otro tipo de sitios. La capacidad de planificar a largo plazo y de conseguir una estabilidad en el tiempo también suele ser propio de este tipo de las compañías.
Pero no todo son ventajas, también pueden aparecer grandes inconvenientes. Muchos ojos evalúan tu trabajo, pues tus propios compañeros participan en los beneficios y pérdidas del negocio. Una de las consecuencias de esta circunstancia es el aumento del presentismo. Levantarse justo cuando termina la jornada puede estar mal visto y es muy posible que se haya creado un clima de “echar horas” para apoyar a la empresa. Supuestamente, la empresa responderá cuando tú necesites su apoyo porque “todos formamos una gran familia”.
Cómo manejarse en una empresa familiar donde nadie es tu pariente
Siempre que entres en una empresa conviene que investigues un poco en su historia. A poco que indagues, te darás cuenta de si se trata de una empresa familiar o no. Si entras en una empresa dominada por familiares y tú no eres consciente de ello, pueden desconcertarte muchas prácticas y que esto dificulte tu adaptación.
Una vez estés dentro, es conveniente que actúes con discreción. Puede que tengas más confianza con algún familiar y que te termines enterando de cuestiones que comprometen a otros. Si no vulnera tus derechos o los de otros trabajadores, no conviene que te posiciones demasiado y, sobre todo, que no correspondas con confesiones tuyas. Las tornas pueden cambiar y serías mucho más vulnerable, pues los lazos que hayas establecido suelen ser más endebles que los que hay entre familiares.
Por otro lado, es recomendable que descubras cuanto antes todos los miembros de la familia que están trabajando o que tienen relación con la empresa. A veces el parentesco se extiende a proveedores o clientes. Te resultará muy ilustrativo hacerte un organigrama con la jerarquía que ocupan en la compañía porque esta información puede explicar muchas de las decisiones que se toman y que quizá afectan directamente a tu trabajo o a tu posición en la empresa.