Facilitar la flexibilidad en el tiempo de trabajo a las empresas y apoyar la conciliación de la vida personal de los trabajadores fue el objetivo de la modificación de las características de la jornada a tiempo parcial en el Real Decreto Ley 16/2013. Pero ¿cuáles han sido las consecuencias? ¿Han servido estos propósitos a los fines que se perseguían?
¿Cuántas horas pueden trabajarse con un contrato a tiempo parcial?
Una jornada parcial está considerada según la OIT (Organización Internacional del trabajo) como aquella que no excede las 30- 35 horas semanales. Por debajo de esto, el organismo ha clasificado las jornadas parciales en “de corta duración” (20 horas o menos) y “trabajo a tiempo parcial marginal” (menos de 15 horas a la semana). Pero el espacio que queda por debajo en la reducción de horas puede llegar hasta la jornada de cero horas, es decir, aquella en la que el trabajador no tiene asegurado ni siquiera un mínimo de horas. Es también conocido como “contrato a llamada”.
En el año 2013, fruto de la reforma laboral del 2012, las condiciones de los contratos de jornada a tiempo parcial fueron modificadas. Anterior a esta fecha las jornadas a tiempo parcial solo podían darse en los contratos indefinidos. A partir del 2013 es posible combinar empleo temporal con contrato a tiempo parcial.
Las horas complementarias, flexibilidad en los contratos de jornada parcial
Otro de los cambios sustanciales es la redefinición de las horas que se hacen por encima de la jornada parcial. Si por necesidades puntuales de producción los trabajadores a tiempo parcial deben hacer horas adicionales lo harán en el modo de horas complementarias en lugar de horas extraordinarias. Estas horas complementarias se acuerdan mediante un escrito que acompaña el contrato de trabajo o también puede ser un anexo que se firme posteriormente. Se trata de horas pactadas.
En este sentido, la reforma del 2012 aprobó que los trabajadores a tiempo parcial pudieran hacer horas extraordinarias pero, un año después, el Real Decreto Ley 16/2013 sobre el pacto de las horas complementarias, permitió flexibilizar aún más las condiciones del contrato de trabajo a tiempo parcial de esta manera.
Se modificó el tiempo de preaviso que tiene que dar el empresario al trabajador sobre la previsión de horas complementarias. De siete días pasó a tres, aunque este tiempo puede ser incluso menor si así se acuerda en convenio. El número de horas complementarias máximas que pueden hacerse pasó de un 10% de la jornada a un 30%, sin impedimento de que, mediante convenio, pueda incrementarse hasta un máximo del 60%. Las horas complementarias se retribuyen con la misma cantidad que las ordinarias.
El empleo a tiempo parcial fue el que más se incrementó durante la crisis
Gracias a este impulso este tipo de contratación fue el que más se incrementó durante la crisis del 2008. Actualmente, el empleo a tiempo parcial supone el 14,7% de la contratación, según el INE (con cifras del 2019). Es una de las mayores tasas de parcialidad de Europa que, junto con Italia, ocupan los primeros puestos.
El BCE (Banco Central Europeo) ha llamado la atención sobre el excesivo peso de la involuntariedad sobre esta cifra. El problema no está en trabajar menos horas de forma voluntaria, un 7,3% declara que lo hace para seguir formándose y un 10% para dedicarse al cuidado de otras personas. La cuestión es que un 57,3% de las personas con un contrato a tiempo parcial quiere trabajar más horas, pero no se las ofrecen.
La inmensa mayoría de los contratos a tiempo parcial están firmados por mujeres. Las tres cuartas partes (73,9%) del total de contratos.
A la luz de estos datos, queda por valorar si la medida sobre la flexibilización de las características de la contratación parcial ha servido por igual a los intereses de las dos partes implicadas, empresarios y trabajadores.