El estrés laboral nos afecta de muchos modos. Sufrimos alteraciones físicas, como importantes trastornos cardiovasculares, respiratorios y musculares. Puede deteriorar gravemente nuestro estado psicológico, con alteraciones del sueño, ansiedad y depresión. Los efectos negativos del estrés repercuten en la productividad y el ambiente laboral. ¿Cómo podemos combatir el estrés laboral y trabajar más felices? Te lo contamos en este artículo.
Detectar las causas del estrés laboral
Una de las principales causas es la inestabilidad laboral. El aumento de la inseguridad respecto a si podremos conservar nuestro puesto nos somete a una preocupación excesiva por el despido. El tiempo de pandemia ha causado estragos en el mercado laboral y mucha gente que conserva el puesto se encuentra en una situación de incertidumbre.
La falta de conciliación laboral es otra de nuestras grandes preocupaciones. Cuando las jornadas son impredecibles o excesivamente largas, la intranquilidad se agudiza aún más y se suman los problemas de alteración del ritmo biológico. El teletrabajo al que muchas empresas se han tenido que adaptar no siempre ha estado bien estructurado y en muchas ocasiones se arrastran problemas a la hora de distinguir el horario laboral de la vida personal, así como de desconexión digital.
Ante una sobrecarga de volumen o ritmo de trabajo también nos estresamos. No podemos guardar los tiempos requeridos de descanso y nuestra estabilidad se ve seriamente alterada.
El exceso de responsabilidad nos deja exhaustos/as. Cuando hay un desequilibro significativo entre nuestro nivel de esfuerzo y la compensación que recibimos por ello, nos afecta. La falta de motivación también mina nuestra salud cuando nos toca hacer tareas demasiado repetitivas o monótonas.
Las condiciones en las que trabajamos es otro factor que determina los niveles de estrés laboral. Desde la falta de resolución de problemas técnicos para que podamos avanzar con las tareas asignadas hasta la exposición a entornos insalubres o la realización de trabajos peligrosos.
Por último, un ambiente inadecuado termina con la moral de cualquiera. La falta de apoyo en el trabajo y el acoso laboral por parte de superiores o compañeros son el amargo ingrediente con el que muchas veces aderezamos nuestra jornada laboral. ¿Cómo no vamos a estar sufrir estrés?
Buscar las soluciones
Podemos tomar medidas a nivel personal, como cuidar nuestra salud con dieta sana, ejercicio, técnicas de relajación y un descanso adecuado. Pero más allá de nuestra actitud, se han de tomar decisiones en la empresa.
El estrés laboral no solo tiene efectos negativos sobre los trabajadores, sino que repercute directamente en los intereses de las compañías. Se producen absentismos injustificados, accidentes de trabajo e incluso incapacidades laborales.
Se debe procurar que los horarios de trabajo permitan la conciliación. Los turnos rotatorios deben ser estables y predecibles. Hay que comprobar que las exigencias de trabajo sean compatibles con las capacidades y recursos del trabajador y permitir su recuperación después de tareas físicas o mentales particularmente exigentes. Ha de respetarse el derecho a la desconexión digital.
En definitiva, se han de definir claramente los roles y responsabilidades, y planificar racionalmente las cargas de trabajo. En la medida de lo posible, hay que evitar la ambigüedad en temas de estabilidad laboral y motivar a los empleados en su carrera profesional.