Empezar tu vida profesional ayudando a otros puede ser un muy buen comienzo. Cada vez son más necesarias las personas voluntarias en las organizaciones, ya que el apoyo institucional se ha ido mermando de forma alarmante en los últimos tiempos. Por otra parte, lamentablemente estas organizaciones cada vez asisten a más personas y a más causas.

Pero no solo es un buen comienzo. Estar activo si se lleva tiempo en paro mientras aparece una oportunidad puede ser una solución para mantener las habilidades actualizadas y que la autoestima no se resienta.

7 habilidades que mejorarán tu perfil profesional

  1. Conoces de primera mano cómo se organiza una entidad. Toda organización tiene una estructura que optimiza para que su funcionamiento sea eficaz y sirva a su misión. Es una buena ocasión para asimilar cuál es el cometido de los departamentos de comunicación, financiero o de recursos humanos. También para aprender cómo se organiza el trabajo y cuál es la estructura de responsabilidad de tareas.
  2. Habilidades técnicas. Muchas ONG necesitan voluntarios para los trabajos de gestión de los recursos, administrativos o informáticos. ¿Tus conocimientos pueden servirles? Si nuestra formación tiene que ver con la naturaleza, hacer un voluntariado ayudando a la repoblación o a la protección de mares y océanos enriquecerá los conocimientos adquiridos y nos servirá como experiencia laboral. Los contenidos aprendidos en la vida como estudiantes pueden ser muy valiosos en una organización. Se pone en práctica lo aprendido, se adquieren nuevos conocimientos y se adaptan a situaciones reales. Por ejemplo, si has estudiado Sociología puedes diseñar un análisis del impacto de las acciones emprendidas en el barrio. Si eres técnico en veterinaria, los centros de acogida de animales estarán muy necesitados de alguien con tus conocimientos.
  3. Conocer otros ámbitos. Si llevas buscando trabajo en el sector un tiempo, el hecho de entrar de voluntario en una organización puede ser una forma de conocer el trabajo en otros ámbitos. Quizá descubras que es precisamente ahí donde está tu oportunidad.
  4. Experiencias con otras realidades que no son las de tu entorno. A veces pasan desapercibidas personas con situaciones vitales muy difíciles con las que compartimos transporte público o cola en el supermercado. Ayudar en una ONG implica adquirir habilidades y buscar recursos donde no se había imaginado nunca. Supone alcanzar un conocimiento mayor de la gestión de la ayuda y la asistencia.
  5. Conocer mejor las necesidades de tu entorno. Y trabajar para mejorarlas en organizaciones del barrio. El compromiso con el entorno, estudiarlo en profundizad para poder ayudar, conduce a querer llegar al fondo de los problemas y afrontarlos sin superficialidad.
  6. Ser una persona útil a la comunidad. Estar integrado en una organización y ser capaz de detectar necesidades, hacer propuestas y articular soluciones. Ser capaz de trabajar en entornos de crisis o con pocos recursos. Aprovechar lo que hay al máximo.
  7. Adquirir una responsabilidad. Ayudar exige un compromiso. Una persona responsable en otros ámbitos es alguien en quien se puede confiar para un puesto de trabajo.

Alinearse con una empresa en solidaridad además de por tu currículum es una razón que puede marcar la diferencia. Tener la posibilidad de poner en práctica tus conocimientos y que eso esté sirviendo para mejorar el mundo es la mejor de las simbiosis.