¿Te gustaría emprender pero tienes miedo al fracaso? ¿No sabes por dónde empezar? o ¿Ya has empezado y no va como esperabas? Son muchas las preguntas que puedes hacerte si vas a emprender un negocio y que son normales cuando se trata de tomar una decisión así.

Emprender es un reto, y como todos los retos, tiene sus pros y sus contras y, por lo tanto, sus dificultades. Si eres una persona con carácter emprendedor y te gustaría montar tu propio negocio, antes debes conocer cuáles son las ventajas y las desventajas de emprender, y así valorar si quieres seguir adelante con la decisión.

Ventajas

Mayor autonomía. Cuando decides emprender, la ventaja principal es que eres tu propio jefe y que, por lo tanto, tienes mucha más autonomía a la hora de tomar decisiones. Además, tienes más flexibilidad en el horario y mayor independencia financiera y, aunque esto implica mucha más dedicación, la presión no es la misma cuando no dependes de nadie más que de ti.

Trabajar en lo que te gusta: Encontrar un trabajo ideal no es tan sencillo, pero cuando montas tu propio negocio suele ser de lo que más te gusta, y esto hace que tengas más posibilidades de lograr el éxito que buscas. La pasión por el trabajo hace que luches por superar tus metas y conseguir todo lo que te propongas.

Crecer profesionalmente: Ser jefe no es algo sencillo, ya hace que tengas que hacer muchas más tareas de las que harías en cualquier otro puesto de trabajo. Sin embargo, tanta dedicación tiene su lado positivo, y es que adquirirás nuevas habilidades profesionales, como la iniciativa y la capacidad de formar tu propio equipo.

Satisfacción personal: A pesar de las dificultades de ser emprendedor, son mayores las alegrías cuando alcanzas el éxito por tus propios medios. Crear un negocio y ver cómo poco a poco va creciendo hasta lograr lo que te habías propuesto, aporta una gran satisfacción contigo mismo y con tu trabajo.

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Desventajas

Riesgos económicos: El éxito o fracaso de una empresa depende en gran medida de factores externos, por lo que nadie te garantiza que creando tú propio negocio podrás alcanzar el éxito. Por ello, es importante que organices los ingresos de forma responsable hasta que obtengas una estabilidad financiera.

Mayor dedicación: Ser emprendedor hace que tengas mucha más carga de trabajo, sobre todo los primeros meses. Emprender implica ser capaz de desarrollar varias tareas al mismo tiempo y ser lo más productivo posible, así como estar al mando de todas las decisiones que se toman en la empresa. Por lo tanto, la dedicación es mucho mayor cuando el negocio es tuyo.

Preocupación constante: La incertidumbre de no saber cómo irá el negocio hace que aumente la preocupación y el estrés y que éstos sean constantes. Si quieres emprender, debes valorar si tu carácter es capaz de soportar esa presión.

Difícil desconexión: Ser el dueño de un negocio hace que tengas más dificultad para desconectar plenamente cuando estás de vacaciones, ya que los profesionales autónomos son los responsables de todas las decisiones de la empresa y, por tanto, tienen que estar siempre al día.

Por lo tanto, si quieres ser emprendedor, es importante que estés preparado y tengas en mente todas las dificultades que te podrían surgir, así como las ventajas que, por el contrario, podrías obtener con tu propio negocio.