Cada vez son más las personas que desempeñan simultáneamente dos empleos. En muchos casos las empresas no ofrecen puestos de jornada completa y el salario no resulta suficiente para hacer frente a todos los gastos. Pero puede darse el caso de que elijas trabajar en dos empleos porque prefieres diversificar el riesgo o duplicar las oportunidades por lo que supone en cuanto a autonomía o posibilidades de desarrollo en otras facetas. ¿Qué ventajas e inconvenientes tienen realizar una jornada completa frente a dos de media jornada?

Algunas consideraciones para el bolsillo

La remuneración es una de las primeras cuestiones que tendrás que entrar a valorar. La parte fija del salario es algo que no tiene por qué  diferenciarse en función de si la jornada que desarrollas es parcial o completa, aunque es algo que no se puede valorar de forma general. Por el contrario, sí se puede considerar que la retribución variable, los pluses, por ejemplo, pueden modificar los ingresos obtenidos ya que tienen que ver con la consecución de objetivos. Si no se dispone de la totalidad de la jornada esto entrañará mayores dificultades conseguirlos.

Otro aspecto que se puede sopesar en el plano económico es que, en una situación con dos trabajos, hay más probabilidades de que en uno de los dos se puedan conseguir más ingresos fruto de una negociación.

Si por circunstancias, se necesitara ampliar el número de horas que se trabajen, en un empleo de jornada completa no se podrían hacer más de nueve diarias (a no ser que el convenio lo permita). En cambio, con dos empleos posibilidad de ampliación de horas trabajadas es mayor.

Y no solo hablaremos de ingresos también es necesario valorar los gastos en los que se incurrirá en cuanto a dietas y transportes. Se generan mayores gastos de desplazamientos en el caso de tener que acudir a dos puestos de trabajo en caso de que haya una cierta distancia entre ambos.

Cotizaciones y retenciones

Una cuestión que hay que tener en cuenta son las cotizaciones que generan los empleos a tiempo parcial o a jornada completa. En primer lugar conviene saber que en el caso de tener dos empleos es obligatorio que se haga la declaración de la renta ya que existen dos pagadores. Es importante hacer bien el cálculo del IRPF para cada empresa para que no te lleves una desagradable sorpresa.

Una prestación o subsidio con un contrato a tiempo parcial se recibe en función del porcentaje que supone la jornada parcial respecto a la jornada laboral completa y también, en función del la consideración de los días de la semana efectivos que se trabajan.

En un contrato de jornada completa basta con calcular el número de días que se ha cotizado según la fórmula (365/7) x 1.4 x días trabajados a la semana. Se tendrá derecho a una prestación contributiva (teniendo en cuenta solo el requisito de tiempo cotizado) si el resultado es mayor que 360. Con una jornada parcial esto se complica ya que, a veces, los días que se cotizan de la semana son solo dos o tres y eso afecta al número de días con derecho.

Tiempo de trabajo, tiempo de ocio

El tiempo de ocio y descanso que te deja disponible el trabajo  es algo que debe formar parte del cálculo de pros y contras. Con una jornada completa tu día no está tan mediatizado por la obligación de ir a trabajar o desarrollar una serie de tareas tanto como lo está si tienes que cumplir en dos trabajos.

Sin embargo, teniendo dos empleos, puede que el final de una jornada y el comienzo de la siguiente te permita hacer otras actividades en un horario en el que una jornada completa no sería factible.

Relaciones interpersonales

El hecho de pasar más horas en el trabajo produce mayores oportunidades de visibilización de tu trabajo lo que contribuye a que puedas justificar mejor un ascenso o postularte para otras responsabilidades en las tareas que realizas.

En cuanto a las oportunidades de socialización con los compañeros, como valor apuntar que con una jornada completa las posibilidades de construcción de mejores relaciones y tu grado de integración serán mayores. Éstas se producirán de forma  más consistente y vinculante. Por otro lado, estarás más al tanto del día a día de la empresa.

Aunque puede tener también su lado negativo. Si hay mal ambiente en la empresa el grado de exposición diario en un trabajo con jornada completa se intensifica.

Pero no dejemos de lado las ventajas de conocer a gente en entornos laborales diferentes. Con dos trabajos a tiempo parcial las posibilidades de entroncar amistad con personas con las que tienes algo en común se multiplican.

Pérdida del empleo

Las fluctuaciones del mercado laboral se ha intensificado de forma considerable tras los años de la crisis. Perder el trabajo es algo tristemente muy habitual. Mantener dos empleos al mismo tiempo facilita el que, en el caso de que pierdas uno de ellos, el otro te sirva para valorar un aumento de horas o para que te mantengas en activo mientras consigues otro puesto.

Enriquecer el perfil laboral

Tener la posibilidad de desarrollar una faceta profesional sin los riesgos de apostarlo todo a una es una de las ventajas que tiene el simultanear dos empleos. Uno de ellos puede servir para garantizar unos ingresos estables y con el otro puedes permitirte probar hasta conseguir una estabilidad de ingresos con algo que te apasiona.