Las cuestiones fiscales suelen ser uno de los principales quebraderos de cabeza para empresas y también para personas particulares. Y es que todos tenemos unas obligaciones tributarias que cumplir. La primavera, por ejemplo, es la estación elegida por la Agencia Tributaria para hacer la famosa declaración de la renta que nos permite regularizar nuestra situación fiscal. Realizar estos trámites no es nada fácil ni para personas físicas ni para empresas. Aquí entra el trabajo de un profesional que se encarga de orientar a sus clientes: el asesor fiscal.

El cometido principal de este experto fiscal, también conocido como asesor de impuestos, es el de mantener al día todos los deberes tributarios de sus clientes. Además, suelen formarles en este tipo de materias financieras con el objetivo de que conozcan la legislación vigente y sus obligaciones. La complejidad del sistema, el desconocimiento de los temas fiscales y los cambios frecuentes que se producen en la legislación, provocan que cada vez sean más demandados.

Otra de sus actividades es la del asesoramiento a empresas en cuestiones como planificación financiera o estratégica, gestión de los impuestos (IVA principalmente) u otro tipo de operaciones más complejas como es la fusión de empresas. Para lograr este objetivo con éxito, el experto tributario debe tener unas altas capacidades comunicativas y ser capaz de explicar de una forma sencilla algunas cuestiones y conceptos difíciles de entender para un público no experto.

¿Puede un abogado ser asesor fiscal?

El aumento de la demanda de los servicios de estos asesores ha provocado que cada vez más estudiantes de Derecho se hagan esta pregunta. Cierto es que una gran parte de los asesores fiscales han cursado Derecho y eso les permite estar familiarizados con la legislación vigente. Sin embargo, para ejercer como tal es necesaria la adquisición de conocimientos y competencias específicas. Entre las áreas donde se requiere la especialización destacan algunas como la tributación directa o indirecta, defensa del contribuyente, Seguridad Social, haciendas locales…

Conviene que el asesor posea destrezas en matemáticas y aritmética, habilidades informáticas y un alto grado de organización y análisis de información.

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Salidas laborales del asesor fiscal

Una vez hayas terminado tu especialización en materia tributaria, existen tres caminos profesionales principalmente:

-Trabajar en el departamento financiero o jurídico de una empresa privada, donde debes las actividades y tareas anteriormente especificadas pero para esta empresa concreta.

-Ejercer en un despacho de abogados: en este caso tendrás que trabajar con aquellos clientes que contraten los servicios del bufete.

-Preparar alguna de las Oposiciones públicas que oferte la administración para tu sector profesional.