Gabriel Sama twitteó un día que si cobrara un dólar por cada vez que alguien le pedía un consejo sobre emprendimiento, ya tendría casi un billete de cien en los bolsillos. Pocas personas en Latinoamérica tienen la experiencia en la materia de este periodista mexicano que después de que cerrara la empresa en la que trabajaba –“que ayudé a cerrar”, puntualiza- decidió convertirse en un verdadero representante de lo que se ha dado en llamar periodismo multimedia: lo mismo escribe una crónica de 5.000 palabras, que utiliza twitter para informar, que busca becas y financiación para proyectos. Y lo que es más extraño, lo consigue.

Si algo ha aprendido en sus ocho años viviendo en Silicon Valley, una de las cunas del emprendimiento, es que el mundo está lleno de buenas ideas y de pocas personas capaces de ejecutarlas: “Aquí hay un desdén por las ideas y una admiración absoluta por la ejecución y la gente que es capaz de hacer cosas”, asegura. La regla general es que después del Eureka, de la iluminación, la gente da palos de ciego en la oscuridad.

¿Cuáles son los principales errores que cometen las personas que intentan emprender un proyecto propio?

Hay tres: deficiente elección de socios o personal, calcular mal la cantidad de dinero necesario para lanzar el proyecto y mala planificación.

La primera es clave porque esta es la gente con la que el emprendedor va a convivir intensamente durante meses. Es tan importante escoger bien a los otros socios fundadores como a los primeros empleados. No cualquiera aguanta las exigencias de un ‘startup’. Es una experiencia brutal. Se trabaja más de doce horas diarias, incluyendo los fines de semana.

En segundo lugar, los fundadores tienden a calcular a la baja la cantidad de dinero que necesitan para echar a andar su proyecto. Esto es psicológico: creen que si piden menos, el dinero llegará más rápido. Es un error fundamental, porque los inversores no quieren que les ahorres dinero, sino que lo aproveches para probar un concepto de negocios (sin desperdiciarlo, por supuesto).  Así que hay que calcular bien y asegurarse la supervivencia necesaria para confirmar que la idea tiene pies (no necesariamente llegando al punto de equilibrio).

Tercero, los fundadores tienden a estar tan centrados en el instante y lo que tienen enfrente, que son malos en la planificación estratégica. Esto es comprensible, porque a veces no saben si vivirán un día más, literalmente. La consecuencia negativa es que cuando resulta todo un éxito, no se han dado el tiempo de ver a futuro e imaginarse cómo será la empresa en el corto, medio y largo plazo. Y el tiempo no perdona. Sin planificación se tiende a tomar decisiones sobre la marcha, a lo loco.

¿Cuáles son las claves para acceder a becas y atraer el interés de inversores?

Son dos temas diferentes, pero se parecen en dos cosas: actualmente, tanto las Fundaciones que dan dinero como los inversores profesionales se fijan mucho en: a) la calidad del equipo fundador (quiénes son, qué han hecho en el pasado e, incluso, cuánta química tienen con la gente que les dará dinero);  y b) el modelo de negocio (hace un par de años, el énfasis no se ponía en hacer dinero sino en crecer a escalas monumentales).

¿Qué suelen pedir hoy en día las Fundaciones que facilitan el coaching y el dinero para apoyar los nuevos proyectos?

Piden una idea clara apoyada en una estrategia de implementación detallada, realista y sustentable. Se hacen preguntas como: ¿esta gente puede hacer lo que dice que va a hacer? ¿Es realista el plan? ¿El dinero que están pidiendo es mucho, suficiente o poco? ¿Cuánto tiempo sobrevivirán sin nuestro apoyo? ¿Para qué quieren usar el dinero y cómo piensan gastarlo? ¿Quién quiere o necesita la herramienta/plataforma/idea que están proponiendo? ¿Tienen apoyo de otras organizaciones? ¿Cómo implementarán su idea y en qué plazo? ¿Qué necesitan para tener éxito? ¿Los plazos son realistas? ¿Existe otra idea como ésta? ¿Se puede replicar la idea rápidamente? ¿Por qué este grupo es el indicado para ejecutar esta idea?

¿Tienes alguna frase, algún lema, que siempre repitas en tus charlas y que sirva de resumen para emprender de una forma realista?

Como diría Nike: “Simplemente, hazlo”. Lo que diferencia a una persona con una idea de una persona con éxito es la ejecución.

 

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