Hay profesores con muchísima vocación están dispuestos a trabajar de día y de noche. Cuando el sol brilla, dan las clases en su centro de trabajo; cuando empieza a ponerse, se convierten en youtubers e imparten conocimientos desde el salón de su casa.

En los casos de éxito, este pluriempleo, que suele nacer de una decisión filantrópica, ha podido generarles beneficios, al menos indirectos. Lo que casi siempre reporta es prestigio y también una oportunidad de exhibir su trabajo.

Sin embargo, como hemos dicho, los motivos por los que un profesor enciende el ordenador después de su jornada suelen ser de otro tipo. Por ejemplo, elaborar un material que sirva de refuerzo, no solo para sus propios alumnos, sino también para aquellos que pertenecen a centros muy lejanos, incluso a uno y al otro lado del charco. O bien para ampliar un conocimiento que se queda corto en el currículum oficial, pero que el docente considera fundamental.

Por otro lado, para algunas disciplinas, ver un video resulta más entretenido y más representativo que leer un texto. Por ejemplo, si se quiere reforzar las competencias digitales, algo sobre lo que advierte la OCDE, nada como acceder a los videos que profesor ha dedicado a este tema y comenzar a repetir los pasos que vaya indicando. A nadie le importará si vas más lento o más rápido y podrás escuchar las pautas tantas veces como quieras sin tener que decir «profe, ¿lo repite?».

Khan Academy o la clase invertida

Salma Khan es un profesor estadounidense al que se le ocurrió elaborar una metodología muy eficiente a partir de la grabación de clases en video. El éxito de su propuesta le llevó a crear la Khan Academy, que recibe cuatro millones de visitas al mes.

La metodología es sencilla, aunque requiere un gran esfuerzo por parte del profesor.

  • Se graban videos cortos, de unos 10 minutos, sobre porciones del temario. Lo suyo es que se vaya incrementando la dificultad.
  • Los alumnos se preparan la clase en casa. Verán el video tantas veces como necesiten, según su ritmo de aprendizaje.
  • El tiempo de clase presencial se empleará para resolver las dudas y para practicar con ejercicios y trabajos en grupo o debates en los que el alumnado participe activamente.

Esta colección de videos se puede incluir en una biblioteca virtual (un canal de video, por ejemplo) para que pueda emplearse de forma interdisciplinar. De esta manera, un profesor de Biología podrá aprovechar las grabaciones del de Química para dar determinado concepto y trabajar con él en clase al día siguiente.

Las posibilidades de introducir las TIC en el aula están transformando las metodologías del aprendizaje. Tener un profe youtuber es una suerte. Merece la pena bucear en la red porque ya hay muchos que se han lanzado a difundir sus conocimientos. ¿Quieres aprender a hacer una mano robótica? El profe García te lo explica en menos de 4 minutos.