Cada año, sobre todo en los meses finales, aparecen multitud de noticias que hablan de lo difícil que se van a poner las cosas a la hora de cobrar las jubilaciones en un futuro. Este temor preocupa a muchos trabajadores, especialmente a los autónomos, y el nivel de contrataciones de planes de pensiones y otros productos de ahorro aumenta. Pero ¿son realmente ventajosos estos planes? Analizamos las pegas para que las tengas en cuenta a la hora de decir cómo invertir tus ahorros.
La fiscalidad que prometen tiene truco
Mientras estás pagando el plan de pensiones, lo que vayas aportando tiene una deducción fiscal; sin embargo, cuando llegue la hora de cobrarlo, tendrás que declararlo como rendimientos del trabajo. Esto te supondrá pagar un gravamen que podría ser mayor que lo que te has ido deduciendo y las rentas que has ido obteniendo.
Otra cuestión será si quieres recuperarlo de golpe. Al tener que tributar por rendimientos de trabajo, como el importe es elevado, tendrás que hacerlo por el tipo marginal máximo (como el IRPF es un impuesto progresivo, grava más a las rentas más altas). Esto reducirá sensiblemente tus ahorros, por no decir que se comerá la poca rentabilidad que hubieras ido obteniendo. Si vas tributando mes a mes, la cuestión no mejora. Tendrás que pagar el IRPF por lo que cobres de pensión contributiva más lo que obtengas del plan de pensiones. A esta cantidad total es a la que se le aplicará la retención del IRPF.
Quizá, si te has beneficiado de diferir el impuesto de este producto durante 30 años, entonces podría llegar a tener una fiscalidad ventajosa. Pero también hay que estar pendiente de invertir lo que te ahorras anualmente en IRPF; si lo gastas, de nuevo se convierte en un producto muy desventajoso a la hora de jubilarte.
Siendo un producto arriesgado, no es demasiado rentable
Es arriesgado porque no están respaldados por el Fondo de Garantía de Depósitos, que es el que cubre las cuentas y depósitos de cualquier entidad supervisada por el Banco de España. Es decir, tus ahorros no están del todo asegurados. Y, como cualquier inversión, puede perder valor. Nunca sabrás si te vas a jubilar precisamente cuando más pérdidas acumule el plan.
Esto mismo sucede con los fondos de inversiones; sin embargo, te aportan mayor rentabilidad y las inversiones están diversificadas, es decir, no dependen de la solvencia de una sola entidad. Ten en cuenta que los fondos de inversión también son un producto que hay que saber manejar.
Además, los planes de pensiones tienen comisiones de gestión elevadas. Estas comisiones pueden influir notablemente en la rentabilidad del plan.
No puedes rescatar el dinero cuando quieras
No podrás disponer de liquidez hasta que no te jubiles o tengas una incapacidad. También se permite recuperarlo en tres situaciones extremas: si pasas por un periodo largo de desempleo, si padeces una enfermedad grave o si te desahucian de tu vivienda habitual.
A partir de la reforma fiscal de 2015, también se puede rescatar el plan de pensiones a los 10 años de haberlo iniciado. No será necesario que justifiques ninguna causa. Ahora bien, esta medida no tiene carácter retroactivo. Si empezaste a ahorrar antes de 2014, ten en cuenta que hasta 2025 no podrás comenzar a recuperarlo. Por otro lado, se va cobrando ejercicio a ejercicio a medida que pasan los 10 años de cada uno. No puedes recuperarlo todo de golpe.
Lo que sí que podrás hacer es cambiar de plan de pensiones en función de tus intereses. Puede que prefieras apostar por uno más arriesgado que te aporte mayor rentabilidad durante los primeros años e ir reduciendo el riesgo (y la rentabilidad) conforme pasan los años para consolidar el plan. También está permitido mover un plan de pensiones de una entidad a otra que te resulte más ventajosa. Esto no puede impedírtelo la entidad de origen ni cobrarte por ello.
Puedes plantearte invertir en un plan de pensiones si tienes una renta muy alta, quizá en este caso puede llegar a interesarte. Pero tendrás que buscar un asesoramiento fiable que te conste que no tiene intereses cruzados con la entidad en la que ingresas el plan.
6 Comentarios
José
La mejor solución para tu plan de pensiones es muy clara. Y nadie te la dice…
Se trata de ir aportando las cantidades mes a mes en una cuenta corriente. O en varias de distintos bancos…
Que sí, que ya lo sé… con la inflación, coste de la vida, etc… pierde su valor a futuro y se reduce tu capital monetario… Pero es un dinero que tendrás garantizado por el fondo de Garantías de depósitos hasta 100.000 por entidad bancaria en caso de quiebra… (a no ser que cambien las reglas del juego a mitad de partida, cosa que cada vez sucede más).
Aprende a invertirlo en lo que tú quieras (es lo que te dicen todos para un plan de pensiones u otros fondos de inversión: que debes aprender su funcionamiento para saber elegir). Pues mejor estudia cómo invertirlo en un negocio como capitalista, en vivienda para alquiler, un préstamo para tu hijo que termine unos estudios y luego te devuelva la inversión con algún beneficio (suena mal cobrar a tu hijo, pero no es así… estás invertiendo en el futuro de tu hijo y tu hijo será un buen socio que mañana te de beneficios), etc.
Y si no sabes invertir… siempre lo puedes dejar en el banco… que no tributa el capital, solo los intereses… Y olvídate de cantos de sirenas de banqueros de que inviertas TU capital en su opción de rentas… eso para otros.
Gulliveria
Muy buen artículo. Gracias por las aclaraciones. Parece claro que hay que pensar muy bien antes de abrir un plan de pensiones. Ahorrar en una CC parece lo más sensato.
MAGL
Muy acertado, los únicos beneficios de los planes de pensiones son los bancos y cuando te jubiles y no tengas margen de maniobra se lo queda hacienda.
Cualquier inversión limpia y directa como indica José es más acertada.
Un buen artículo!
José
No parece que sea un buen articulo, los planes de pensiones son el producto mas rentable que existe en el mercado para obtener un 25% cuando te jubiles, eso si, para rentas superiores a 60.000 €, por favor no confundan a los lectores y expliquenlo bien.
Ole
José todo lo que dices, es erroneo y sin fundamento. Primero el fondo de garantia no da ni para cubrir a la mitad de los clientes de un banco pequeño (pantomima creada por el estado para generar confianza en la banca), en segundo lugar un buen plan de pensiones a largo plazo remunerá muy muy bien, además reduce tú base imponible en la declaración de la renta. Y por último y más ventajoso con un buen rescate en forma de renta, tendrás complementada la pesima pensión que les van a quedar a los nacidos a partir de los años 70-80. Teniendo en cuenta que entorno a 2040- 2050 recibiremos una pensión media del 40-50% y no como ahora entorno al 80%.
Busca un fondo, cuenta o depósito con tantas ventajas.
El error no es tuyo, entiendo que es lo que vende el estado. Aprendamos de los paises Nórdicos donde el 70% de sus ingresos tras la jubilación provienen de ahorros privados. Invierten en la gente joven, en estabilidad laboral, y mantener unos sueldos mínimos.
¿Quizas el estado deba de cambiar algo? Y dejar de amamantar a tanto desgraciado.
Jeck
Lamento discrepar con lo que dice Ole. Si tienes dudas, que es para tenerlas, sobre el Fondo de Garantía en cuanto a cobertura sobre cuentas, depòsitos, etc., es fácil imaginar lo que se puede pensar teniendo un plan de pensiones, para el que no hay cobertura , estando además expuesto a los vaivenes de mercado y la forma en que se puedan invertir. También hay quien dice que son muy rentables a largo plazo… Las estadísticas están al alcance de cualquiera, no son precisamente muy buenos los resultados que se están viendo. Si hay riesgo, como es la renta variable, malo. Si es un plan conservador, no te comes una rosca. Y no digamos la fiscalidad que tienen. Es absurdo pagar impuestos de tus ahorros, lo normal sería pagarlos del beneficio solamente. Es más, por acumulación de rentas, pagarás más impuestos incluso de tus ingresos por jubilación. Desde Enero del 2007, que se eliminó la exención del 40 % a la hora del rescate, no interesan los planes de pensiones. Hay productos mejores en los que se pueden tener los ahorros a buen recaudo y con menos requisitos, sobre todo a la hora de que se puedan necesitar.