El mobbing es un tipo de violencia que se ejerce de manera sistemática sobre un trabajador en su entorno laboral. Desde hace unos años, el acoso laboral es un tema sobre el que se debate continuamente y que repercute incluso en la legislación laboral y penal de los países. Los casos pueden ser tan graves, que han llegado a considerarse como una causa de muerte. Se puede y se debe combatir.

Hay profesiones que conviven con este mal de una forma alarmante. Recientemente se ha publicado el Estudio sobre la situación laboral de los médicos en España, elaborado por la Organización Médico Colegial, en el que se advierte de que el 43% de los médicos en España sufre acoso y discriminación laboral. Uno de cada cuatro médicos declaraba que había sufrido acoso por parte de sus superiores jerárquicos. Las actividades sobre las que se ven presionados son en la carga laboral, el horario de trabajo y las dificultades para progresar en su trayectoria profesional.

Dentro de los tipos de acoso laboral, merece especial atención el mobbing maternal. Numerosos estudios evidencian que son más las mujeres que sufren acoso que los hombres. A los motivos por los que cualquier persona puede convertirse en víctima de hostigamiento laboral, se le une el de ser madre. Un informe de la Fundación Madrina señala que el 32% de las mujeres sufre mobbing durante su embarazo y un 50% después del parto, especialmente después de su baja por maternidad.

Qué hacer en caso de acoso laboral

Hace un tiempo hablábamos de las medidas que puedes tomar si estás sufriendo un mobbing laboral. La primera, es detectarlo y, si es posible, actuar denunciándolo de alguna forma y apartarse de la situación de vulnerabilidad. Sin embargo, hay que actuar con cautela, pues las consecuencias de tomar decisiones precipitadas pueden llevar a la pérdida del puesto de trabajo o a la imposibilidad de iniciar acciones legales.

Las recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece a las víctimas de lo que también se denomina bullying laboral son las siguientes:

  • Contactar con los supervisores que tienen la responsabilidad de la salud y el bienestar de los trabajadores en la empresa y con los superiores jerárquicos.
  • Solicitar el traslado a otro puesto de trabajo.
  • Recolectar evidencias.
  • Identificar a los posibles aliados (compañeros, sindicatos, médicos, entre otros).
  • Compartir las experiencias con otras personas que han vivido situaciones similares.
  • Buscar el apoyo de amigos y familiares, y apaciguar las emociones con ellos.

Jesús Mora Fernández, técnico de Desarrollo, Selección y Formación en Bidafarma, nos recuerda que “cualquier manifestación de acoso laboral para un trabajador, aunque se exprese de forma implícita o tácita, conlleva irremediablemente una serie de afecciones para el mismo: ansiedad, insomnio, apatía, irascibilidad”. Además, el mobbing tendría consecuencias para la salud física también con la presencia de enfermedades como “problemas cardiovasculares, estomacales e, incluso, respiratorios”.

acoso moral en el trabajo

Baja por acoso laboral

Se puede solicitar una incapacidad temporal por depresión y ansiedad generada en el trabajo. Se considera accidente laboral (y no enfermedad común) la depresión reactiva al acoso sexual, la ansiedad derivada de conflictos laborales y la depresión causada por modificación sustancial de las condiciones de trabajo.

Para que se conceda este tipo de baja, ha de demostrarse que la ansiedad o depresión son consecuencia directa de la realización del trabajo. Según el Código Penal, el acoso moral hacia el trabajador se produce cuando “se le ningunea, hostiga, amilana, machaca, fustiga, atemoriza, amedrenta, acobarda, asedia, atosiga, veja, humilla, persigue o arrincona”.

Se tendrá en cuenta que el hecho sea sistemático, que se prolongue en el tiempo y que se aproveche una situación de superioridad sobre el empleado para llevarlo a cabo.

Por parte de la empresa, Jesús Mora apunta que el desarrollo de un acoso laboral en su seno “evidencia la enorme falta de una estructura cultural sana”. Para solucionar un problema ya latente, se puede “acudir a técnicas o herramientas que fomenten el trabajo colaborativo, la empatía y el siempre beneficioso reconocimiento positivo entre colegas de trabajo”. En todo caso, mejorar el clima laboral solo puede aportar beneficios.