Después de haber pasado un auge del trabajo en remoto con la llegada de la pandemia y su posterior «vuelta a la normalidad», podemos valorar mejor si algunos de mitos del teletrabajo son reales o se están derrumbando.

Las cifras de trabajo en remoto con las que cerraba el INE el año pasado reflejan una importante caída en el porcentaje de personas que teletrabajan en España. Aun con todo, representan el doble (14%) que antes de la pandemia, cuando apenas suponía un 7,4% de los trabajadores por cuenta ajena.

Mito 1. Tu productividad desciende

Quienes trabajan desde casa tienen que oír con frecuencia comentarios sobre la relativa dureza del hecho de trabajar si se hace desde casa. Que no haya alguien vigilando lo que haces no quiere decir que no asumas la responsabilidad de tu trabajo. La tendencia en muchas empresas es trabajar por objetivos por lo que tu desempeño está en función de cómo y cuándo los alcanzas, no de cumplir con un horario.

Además, se han diseñado herramientas eficaces que las empresas ya tienen muy integradas. De esta manera, se rompe otro mito relacionado: la falta de supervisión. Tus superiores podrán coordinar tu trabajo gracias a estas aplicaciones.

Por otro lado, existe flexibilidad a la hora de organizarse y establecer prioridades, pero eso es algo relativo si estás trabajando en equipo y más si son multinacionales, ya que tienes que procurar coincidir con sus integrantes una parte importante de la jornada. De hecho, una pregunta en la oficina se responde en unos 30 segundos, si estás teletrabajando significa un email o incluso un vídeo con la explicación.

Mito 2. Es compatible con tu vida personal

Quedarte en casa a trabajar porque tu hijo está enfermo no supone una facilidad del todo. Los cuidados requieren de un tiempo y una energía que difícilmente son compatibles con trabajar. Lo pudimos comprobar durante la pandemia, cuando muchas familias debían compatibilizar el cuidado de los peques o dependientes con el trabajo en un mismo espacio. O te organizas o la jornada se va al traste.

También existe el mito de la desconexión social. Es cierto que no tienes el mismo trato online que en presencial, pero la comunicación no se pierde porque hay muchas herramientas diseñadas para facilitarla. Y, todo hay que decirlo, la distancia con determinadas personas del entorno laboral a veces se agradece más que echarse de menos…

Mito 3. Trabajar desde casa es aburrido

En una jornada laboral presencial hay muchas oportunidades para interactuar con los compañeros. A la entrada, durante algún café, si se fuma o en las visitas interdepartamentales. Forma parte del clima laboral de la empresa. Es cierto que esta interacción queda limitada, pero no tiene porque ser nula. El acceso a la videollamada y el uso de aplicaciones para reuniones online hace que este tipo de encuentros pueda mantenerse de forma virtual.

Conciliación, uno de los posibles mitos del teletrabajo

Mito 4. No tienes horarios, puedes trabajar cuando quieras

Es verdad que no depender del transporte o de carreteras congestionadas para estar presente en tu puesto de trabajo te permite disponer de más tiempo. Por otra parte, el tipo de empleos que permiten trabajar en remoto se organizan teniendo más en cuenta plazos que horarios. Ahí es donde estriba la flexibilidad de la jornada, en que tienes mayor capacidad para asumir variaciones en cuanto a tiempos.

Aunque, depende del tipo de tarea que desempeñes, en ocasiones sí que tienes que cumplir con un horario. Si no, también es recomendable establecerlo. De esta forma, calculas el tiempo de trabajo. Porque uno de los peligros de teletrabajar es dilatarse en el tiempo y trabajar más horas con la excusa de que estás en casa y el ordenador está a mano.

Mito 5. No te molesta nadie

Con eso de que estás en casa muchas veces te toca hacer de recadero, esperar al mensajero o hacer esa gestión que solo se puede hacer por la mañana. Porque puedes seguir trabajando luego, no te ata el estar físicamente en tu puesto de trabajo. También con las llamadas al teléfono, así que muchas veces hay interrupciones. Organizarse para que estas cosas (o aprender a decir amablemente que no porque estás trabajando) ocupen el menor tiempo posible puede hacerse. Dales su espacio, prográmalas igual que haces con otras tareas y no te quitarán tiempo.

Mito 6. Puedes trabajar en pijama

Bueno, esto sí es verdad. Aunque no es recomendable. Darse una ducha y vestirse cómodo para estar trabajando no quiere decir que trabajes en pijama. Puedes utilizar lo que se conoce como home wear. Incluso habrá veces que tengas que vestirte (al menos de torso para arriba) o maquillarte porque tienes una reunión. Una ventaja: el ahorro en ropa de calle es considerable.