El primer obstáculo que se vence al practicar un deporte tiene que ver con uno mismo. Imponerse retos y objetivos, domesticar la voluntad para implantar una disciplina, mejorar tiempos gracias al aprendizaje continuo de técnicas, depurar esas mismas técnicas con largas sesiones de entrenamientos… El deporte enseña a medirse con otros, pero también descubre que se puede ser parte de un equipo y adoptar una responsabilidad para favorecer el resultado colectivo frente al logro individual.

Estos procesos llenos de sacrificio, superación y aprendizaje han sido llevados al cine de forma recurrente. La épica de las historias sobre el deporte hace brillar los elementos positivos que las actitudes de los personajes ponen en juego y los hace universales y aplicables a casi cualquier situación de la actividad humana. También al mundo del empleo.

Hablamos de cinco películas donde valores clave para el ámbito laboral quedan representados en historias con temática deportiva.

Karate Kid, la importancia de la experiencia

“Dar cera, pulir cera”. Este mantra es el que repite durante sus sesiones de entrenamiento el protagonista de esta emocionante cinta. Su maestro de kárate le guiará hasta conseguir la confianza en sí mismo que necesita para enfrentarse a sus problemas mediante el entrenamiento exhaustivo en este arte marcial. La humildad del aprendiz, la confianza en el maestro y el trabajo constante de la técnica para depurarla y ser un experto son los aspectos más relevantes que pueden trasladarse a una situación de aprendizaje. En esta historia se pone de relevancia la voz de la experiencia, la del mentor que enseña la disciplina, sus secretos. La paciencia, otro de los aspectos que se tratan, tiene que ver con la filosofía oriental. Todo llega si hay constancia.

 

Quiero ser como Beckham, el respeto a los propios sueños

Jess, una chica británica de origen indio, quiere jugar al fútbol de forma profesional, y llegar a ser como su ídolo, David Beckham. Pero esta vocación entrará en conflicto con los planes que su familia tiene reservados para ella. Tendrá que enfrentarse con el peso de la tradición familiar que le obliga a casarse y tener una familia, lo que es incompatible con su carrera deportiva. La lucha por hacer respetar su sueño hará que afronte la situación con mano izquierda, empleando la asertividad para no renunciar a su deseo y no dañar a las personas que quiere.  La determinación y la resilencia ante las adversidades sería la actitud que podría rescatarse como enseñanza en esta película.

 

Invictus, saber inspirar una misión

El Copa Mundial de Rugby  de 1995 llevó a la dividida selección sudafricana a la victoria gracias a la inspiración del recién nombrado presidente Mandela. El presidente que dio los primeros pasos para acabar con el apartheit en Sudáfrica consiguió motivar a un equipo y sobre todo a una afición dividida por un conflicto sangrante de años. Supo inspirar una misión. Esta historia habla de la importancia del trabajo en equipo y saber transmitir una idea, aunar fuerzas para conseguir un objetivo común. También la fe en un líder con carisma que sepa comunicar una visión, misión y valores de una organización.

 

Million dolar baby, la determinación gana

Partir con una desventaja como puede ser querer practicar un deporte donde las mujeres escasean como es el boxeo es el principal conflicto al que se enfrenta la coprotagonista. Su firme determinación vence la resistencia que tanto la sociedad como su entrenador le pone como obstáculo. Combatir el desánimo, saber motivarse y prepararse a conciencia porque el camino no va a ser fácil son las enseñanzas que nos deja esta película.

 

Carros de fuego, la épica de la competición

Sea cual sea la fuente de la motivación no desvirtúa el propósito que se plantean los dos protagonistas de este clásico del cine que cuenta la rivalidad entre dos atletas británicos en las olimpiadas de 1924 en París. Desde visiones muy diferentes de la vida, los protagonistas persiguen un mismo objetivo: ganar el oro dentro de su categoría. Son dos formas de perseguir un objetivo: desde el esfuerzo y desde el talento innato.