Una de las principales condiciones que se le pide a un alojamiento turístico es que esté limpio. Dependiendo del poder adquisitivo del turista la habitación y los servicios que se ofrecen de un hotel, de un apartamento, podrán ser más o menos modestos. Pero sobre la limpieza de la estancia hay unanimidad: que sea higiénico y esté aseado. Cuando las instalaciones están sucias las webs se inundan comentarios negativos sobre el local y, como consecuencia, esos alojamientos pierden clientela y reputación.

Más de doscientas mil mujeres trabajan como camareras de piso

Esta labor fundamental en el negocio del alojamiento turístico es el cometido de Las Kellys, (juego de palabras: las que limpian). Camareras de piso, gran parte de ellas mujeres, que trabajan en condiciones de suma precariedad en muchos casos con salarios muy bajos, carga de trabajo excesiva y protección social mínima o inexistente.

Como con la queja no se llega a ningún sitio, estas mujeres decidieron organizarse para reivindicar unas condiciones laborales más justas para las más de doscientas mil mujeres que trabajan como camareras de piso en España. A principios de 2016 fundaron la Asociación Las Kellys a partir de grupos formados en determinados zonas turísticas donde el trabajo en el sector es más voluminoso por contar con mayor número de plazas hoteleras. Así se han creado  grupos de kellys en Barcelona, Benidorm, Cádiz, Fuerteventura, Lanzarote, Madrid y Mallorca.

Apostar por la reducción de la externalización de servicios

Como gran parte del sector servicios, el hotelero está afectado por una gran presencia del fenómeno de la externalización, esto es, de la subcontratación de servicios que no forman parte de las tareas principales del negocio. Las empresas recurren a esta forma de derivar algunas tareas de su actividad porque se abaratan costes, sobre todo de personal.

Pero el problema es que las empresas contratistas no están obligadas por el mismo convenio que regula las condiciones laborales de estas trabajadoras. La merma de derechos y salarios es el resultado de estos procesos de externalización, según denuncian  Las Kellys. Se llega a perder hasta un 40% del salario y la dureza de la tarea se incrementa con la carga de trabajo.

Las principales reivindicaciones de las camareras de piso en nuestro país incluyen el derecho a la jubilación anticipada, debido al gran desgaste físico que supone esta actividad , que exista un vínculo entre la categoría de los hoteles y la calidad de trabajo que demandan, el fin de las externalizaciones o el incremento de las inspecciones de trabajo ya que, de forma sistemática, tal y como denuncian, se producen irregularidades en sus contrataciones y condiciones laborales por parte de muchas empresas del sector.

Reivindican que la labor que acometen a diario es una tarea sustancial en las empresas.  Ayudan a elevar el nivel de satisfacción de la clientela y por lo tanto a fidelizar. Por este motivo, consideran que esta labor no debería ser objeto de externalización ya que, por añadidura, reduce significativamente sus derechos laborales.

Las kellys, trabajadoras mejorando sus derechos laborales.

Elaborando la Ley Kelly

El gran trabajo de organización de estas mujeres las llevó en mayo del pasado año hasta el Congreso de los Diputados a presentar la propuesta de modificación del artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores: Subcontratación de obras y servicios. Lo que han apodado como  Ley Kelly. Argumentan que la práctica de la externalización conlleva una grave desigualdad laboral, malas prácticas, ilegalidades o el trabajo por producción (a destajo) que provoca un serio deterioro de la salud. Por ello piden la prohibición de que se externalice su principal tarea.

La firma de convenios en diferentes comunidades como en País Vasco (Guipúzcoa) o Andalucía están consiguiendo que se garantice la aplicación de los convenios a las condiciones de subrogación, es decir, las empresas contratistas están obligadas a cumplir con los mismos derechos que se acuerdan por convenio, hecho que, muy probablemente, aseguran, provocará un descenso de la externalización, calculada en un 85% de las plantillas.

Las reivindicaciones de las empleadas de hogar

La importancia fundamental de las labores de cuidado y limpieza han sido recogidas por el OIT (Organización Internacional del Trabajo). Los derechos que rigen esta actividad,  que desarrollan principalmente mujeres, las trabajadoras del hogar, también se encuentran en proceso de transformación gracias a la puesta de marcha de reivindicaciones sobre la mejora de sus condiciones laborales. Actualmente se está exigiendo la ratificación del convenio 189 de la OIT sobre el trabajo decente para trabajadoras y trabajadores domésticos con el fin de visibilizar, dignificar y dotar de una regulación adecuada el empleo en este sector.

La actual responsable de la cartera de Empleo, Magdalena Valerio ha mostrado su voluntad de firmar este convenio que implicaría, entre otras demandas, la equiparación a la protección social de las empleadas de hogar. Actualmente estas trabajadoras se rigen por el Sistema Especial para Empleados de Hogar diferente del Régimen General, que, por ejemplo, les niega el derecho a paro.