estres

Más de la mitad confiesa que sus niveles de estrés se han disparado en los últimos meses. En concreto, un 65%  de los directivos españoles encuestados por el International Business Report de Grant Thornton lo reconoce, frente al 47% que lo hacía en 2007. Estos datos llevan a España a colocarse en el sexto puesto de los países en los que más se ha incrementado el estrés. Por delante de nuestros ejecutivos se encuentran los de China (un 76% se nota más nervioso), México (74%), Turquía (72%), Vietnam (72%) y Grecia (68%), que ocupan los cinco primeros puestos de la tabla. Entre los más relajados se sitúan los profesionales escandinavos, con Finlandia, Dinamarca y Suecia a la cola del ranking.

Al referirse a las causas de este nerviosismo, los empresarios españoles señalan la situación económica y la carga de trabajo, citadas por un 47% y 25% de los encuestados respectivamente. En menor medida se mencionaron también la preocupación por el futuro del patrimonio personal y los conflictos personales en la oficina. Sin embargo, otros motivos como los recortes de la plantilla o la conciliación de la vida laboral y familiar apenas fueron citados por un 5% y un 1% como fuente de estrés.

Más allá de estos motivos, resulta llamativo comprobar cómo el perfil de los ‘campeones’ del estrés es muy similar. Tanto la economía china como la turca y la mexicana, que ocupan los tres puestos del podium, son emergentes, con perspectivas de crecimiento pese a la crisis y donde los directivos disfrutan de muy pocos días al año de vacaciones (entre siete y once días). Sin embargo, España no comparte estas características: es un país en recesión en el que los dirigentes empresariales disfrutan de una media de 21 días de descanso al año. Entonces, ¿por qué se han disparado sus niveles de estrés? Desde Audihispana Grant Thornton, Mar Escánez, su directora de Recursos Humanos, explica: «Además de las causas objetivas que desgraciadamente proporcionan los datos económicos, en países como España o Grecia existe una percepción muy magnificada de la crisis. Esto, combinado con la incertidumbre de la evolución futura, contribuye a aumentar los niveles de estrés entre los responsables de tomar decisiones».