Cada persona tiene una tolerancia diferente al ruido. Hay quienes necesitan más silencio para poder concentrarse, mientras que otras pueden hacerlo sin problema entre los sonidos propios de la oficina o con conversaciones de fondo. Lo habitual, de hecho, es que la jornada laboral fluya entre charlas y el intercambio de opiniones o ideas. Porque un silencio sepulcral en el trabajo… ¿no es síntoma de que algo ocurre? A veces pasa, y se llama síndrome del silencio en la oficina. ¿Lo conoces?

¿Qué es y cómo te afecta el síndrome del silencio?

No es fácil detectarlo al principio, pero suele manifestarse en rumores, cuchicheos o comentarios fuera de la oficina. Estas prácticas acaban en pánico general y estrés entre los empleados, lo cual puede provocar graves problemas en la empresa u organización. No expresar lo que se piensa es un síntoma de que algo no va bien o de que hay alguna restricción en algún punto de la cadena. Suele ocurrir en los niveles de mando más altos, lo cual acaba por empapar a toda la compañía.

Durante el desempeño de las actividades laborales, los trabajadores se enfrentan con problemas, obstáculos o carencias. En un ambiente laboral sano debería ser habitual escuchar lo que el empleado tiene que decir acerca de cómo mejorar los procesos. Sin embargo, es habitual que sea el jefe quien piense y decida, ante lo que los trabajadores optan por callar y no exponer ninguna idea.

El síndrome del silencio en la oficina surge de un conjunto de síntomas que suelen basarse en optar por el silencio frente a la autoridad, pues nuestra cultura laboral se fundamenta en empresas con una organización vertical y no horizontal. De esta manera, antes que comunicar el descontento ante la persona responsable, prefieres callar.

Este silencio implica que no se compartan opiniones, que no haya retroalimentación ni reconocimiento, que no surjan ideas o que no se alerte sobre un problema. Es decir, como trabajador te limitas a hacer tus tareas a cambio de un salario, lo cual acaba en desmotivación. Y esto, a largo plazo, puede resultar desastroso para el buen desempeño de las actividades de una compañía.

Los efectos del síndrome del silencio en la oficina

¿Cómo puedes gestionarlo?

Un buen clima de trabajo se construye entre todos los integrantes del equipo, sean jefes o empleados. Sin embargo, es la organización quien tiene que crear estímulos y prácticas para que se desarrolle un clima donde el diálogo fluya. Además, una vez instalados en el síndrome del silencio, conviene salir de él sin caer en discusiones o violencia. Es importante cuidar la forma en que se dicen las cosas.

Las empresas pueden hacer frente al síndrome del silencio mediante encuestas periódicas, reuniones personales con los empleados para hablar sobre sus fortalezas, debilidades, de cómo mejorar, etc. Algunas compañías, además, permiten que sus trabajadores se conozcan fuera del entorno de trabajo a través de actividades lúdicas.

Y tú como trabajador, ¿qué puedes hacer? Para no caer en la frustración y la desmotivación, es importante hacer ver a tus compañeros y superiores que el diálogo es fundamental para la resolución de problemas y para el buen desempeño de vuestras tareas.