Mentir en el currículum vitae sobre la experiencia laboral y las capacidades se ha generalizado. Muchas de estas mentiras pueden parecer comunes, inocentes y hasta asumidas por las propias empresas. Entonces, ¿por qué no mentir? si todo el mundo lo hace, pensamos, o, mejor dicho, nos excusamos. Muchos candidatos creerán que si presentan un currículum totalmente fiel a la realidad, estarán jugando en desventaja respecto al resto, que habrán hecho lo propio. Sin embargo, ¿merece la pena el riesgo?

Cuando la empresa descubre un engaño el candidato puede ser automáticamente descartado. En este caso, la mentira afectará directamente a la reputación del candidato, ya que los responsables de recursos humanos y las agencias de selección de personal comparten este tipo de información entre sí. Si la verdad sale a la luz después de que la persona ya ha sido contratada, las consecuencias dependerán de la gravedad de la mentira, así como de los argumentos que se hayan usado para la misma. Incluso la empresa podría presentar una denuncia ante el Tribunal del Trabajo si considera que alguno de los argumentos usados para conseguir el trabajo es imprescindible para el puesto, por ejemplo. Por otro lado, también ha ocurrido que los jueces tienen en cuenta el trabajo realizado desde la contratación e incluso se han podido ver algunos casos donde se ha dado la razón al trabajador que había engañado por haber conseguido metas durante este periodo.

Recuerda por encima de todo que la mejor carta de presentación es la honestidad, aunque no está de más que conozcas las cinco mentiras más habituales usadas por los candidatos más “creativos” a la hora de redactar su curriculum, para evitar caer en la tentación de adornar:

Manifestar una experiencia laboral más acorde con las exigencias de la oferta de empleo.

Exagerar las funciones de trabajos anteriores. Es decir, añadir en el currículum más responsabilidades de las que has asumido en tus anteriores empleos. Ojo, porque ésta es una mentira fácil de detectar por el reclutador ya que durante la entrevista siempre se intenta profundizar en los objetivos y logros conseguidos en un puesto.

Nivel de estudios. Rellenar huecos en blanco con algún título universitario o postgrado es un gran desacierto. Antes de incluir en el currículum cualquier información sobre tu educación falsa o no comprobable, recuerda que los reclutadores tienen un olfato especial y recursos para comprobar estos datos.

Idiomas. Elevar el nivel del medio al medio-alto no servirá de mucho cuando tengamos que justificarlo con un título, o si hemos de enfrentarnos a una conversación en inglés donde rápidamente se detectarán nuestras carencias.

Empresas en las que nunca se ha trabajado. Inventarse puestos laborales, o en ocasiones, hasta empresas ficticias que se decía ya habían desaparecido. Cuidado, porque si te pillan, poco podrás hacer para justificarte.

No olvides que antes de hinchar el currículum para aumentar las posibilidades en el mercado laboral es mejor plantearse otras opciones para causar buena impresión. Por ejemplo, ir al grano en tu exposición, resaltar aquello en lo que puedes destacar: cursos de especialización, colaboraciones puntuales, y sobre todo, tus habilidades personales (organización, proactividad, capacidad de aprendizaje, etc.)