El aprendizaje colaborativo es la base de las nuevas técnicas de enseñanza que se instalan tanto en las aulas como cada vez más en empresas y otro tipo de organizaciones. La jerarquía vertical alumno-profesor va cediendo espacio a formas donde el protagonismo se centra en la potencia creadora del trabajo en común. El aprendizaje colaborativo está basado en la idea de que la adquisición de conocimientos y habilidades es inherente a la condición humana y que no solo se aprende cuando se enseña.

Durante el trabajo de la investigación colaborativa, los beneficios que se adquieren son múltiples. Se genera una interdependencia positiva en la que todos/as los participantes tienen un objetivo común que les lleva a apoyarse y tener en cuenta la labor de los demás. La asignación individual de cada una de las tarea que llevan a conseguir un objetivo de investigación hace que se sienta la responsabilidad sobre el trabajo personal. Se fomenta la autonomía individual y la implicación en el proceso. La construcción del propio conocimiento provoca que lo aprendido se interiorice y suponga un aprendizaje significativo. La comunicación en el grupo fomenta la asertividad y pone de relieve la variedad de las opiniones. La autoestima se refuerza, ya que se pone en juego la habilidad personal de cada participante.

Para que una sesión de aprendizaje colaborativo fluya como la seda deben crearse unas condiciones propicias donde los participantes se sientan libres de expresar y aportar sus propias experiencias y conocimientos. Se debe ser crítico con las ideas, no con las personas. El objetivo consiste en tomar la mejor decisión posible, no en que gane tu opción. Todos los participantes deben ser escuchados, aunque no gusten sus ideas. Si en algún momento alguien expone algo que no esté claro, debe reformularse. Hay que tener la capacidad de renunciar a alguna idea por muy nuestra que sea y contemplar el máximo de aspectos que pueda tener un problema. En las empresas es necesario crear un clima adecuado donde las jerarquías queden diluidas, se promueva el trabajo en equipo y la información no encuentre obstáculos para ser compartida. La implicación y la participación debe ser espontánea y sincera para que el aprendizaje sea efectivo y pueda llegar a convertirse en una buena técnica de gestión del talento.

Gracias a las nuevas herramientas de comunicación, los grupos no tienen por qué constituirse en un tiempo y espacio concreto para poder construir su aprendizaje. MOOC, wikis, grupos virtuales, blogs… suponen espacios de social-learning donde poder aprender de una forma significativa. Solo no puedes, con amigos sí.