La educación está dando un giro en los últimos tiempos. El fracaso de las clases magistrales, en las que el profesor explica y los estudiantes simplemente escuchan, ha hecho que se replanteen nuevas formas de enseñanza. La participación del alumnado en el aula ha demostrado que se consigue un aprendizaje profundo. Con los modelos antiguos solo se acumulan conocimientos de una forma superficial.

El método del caso se empezó a aplicar en Harvard a principios del siglo XX. Tenía como objetivo enseñar a los estudiantes de Derecho a tomar decisiones y emitir juicios sobre casos prácticos para aprender leyes en lugar de memorizarlas sin más.

Habilidades que potencia

Este tipo de método se encuentra dentro del aprendizaje por descubrimiento. El estudiante, gracias a su participación activa, desarrolla capacidades relacionadas con la toma de decisiones y el análisis y observación de situaciones y conductas.

  • Fomenta la curiosidad y motiva el interés por el conocimiento que se pretende enseñar.
  • Induce a tomar responsabilidades y a que el alumnado se acerque al ámbito profesional.
  • Facilita el pensamiento divergente y aumenta las visiones sobre un problema.
  • Evita las respuestas simplistas y poco elaboradas.
  • Amplía el conocimiento de la naturaleza humana y de su psicología, lo que desarrolla las capacidades de comunicación y liderazgo.

¿Cómo se aplica?

Se puede trabajar de forma individual o en grupo. Comienza la sesión con la presentación del caso, que consiste en exponer una situación compleja mediante una descripción. Lo siguiente es situarla en un contexto. Por último, se pasa a la resolución según el tipo de caso en el que esté basada la clase. Hay tres tipos:

  • Caso problema. Se describe una situación en la que se presenta un problema. La situación se interrumpe justo antes de tomar la decisión. El objetivo es proponer una solución viable.
  • Caso evaluación. Se describen varias situaciones en las que se presenta el mismo problema y se exponen las soluciones que se han adoptado en cada caso. El objetivo consiste en analizarlas y evaluar su impacto para adquirir práctica.
  • Caso ilustración. Se describe una situación en la que se presenta un problema y su resolución dentro de un contexto. El objetivo es poder aplicar el mismo tipo de solución en contextos similares.

Se recomienda complementar las sesiones con lecturas de textos y artículos además de los aconsejados en los programas de estudio.

Claves para elaborar un caso

La descripción narrativa del caso se debe tratar de hacer con la mayor calidad posible. Selma Wassermann, una de las referencias de la teoría de este método, recomienda que se tengan en cuenta varios ingredientes a la hora de elaborar un caso:

  • Que tenga concordancia con el currículo, es decir, el tema y los objetivos han de ser coherentes con los contenidos que se estén desarrollando en las clases.
  • Que atrape al lector, que forme una imagen clara en su mente y que le cause cierto impacto emocional.
  • Que incluya solo detalles que interesen para el objetivo del caso, que no sea una exposición demasiado densa.
  • Que se adapte al nivel del alumnado en cuanto a vocabulario y complejidad de lectura.

La buena disposición del profesorado será el ingrediente secreto para que la aplicación de este método sea un éxito. Son los docentes los que están empezando a cambiar los métodos. Esta actitud consigue mejorar los resultados académicos y la fortaleza interior de los que ahora son estudiantes.