No solo los jóvenes deciden irse al extranjero, sino que también personas de más edad han decidido hacer lo mismo, bien porque se han quedado en el paro en España, o porque han decidido gastar sus ahorros marchándose a una universidad extranjera durante el verano o, símplemente, porque buscan un respiro. España tiene una larga tradición emigrante, en la  actualidad más de un millón y medio de españoles reside de forma permanente en el extranjero. Asimismo, 8 de cada 10 jóvenes de entre 18 y 29 años, el 83,1%, estarían dispuestos a irse a trabajar al extranjero, según una encuesta encargada a Sigma Dos por el canal internacional de noticias France 24. Sin embargo, según señala Meritxell Morera, “no es fácil conseguir trabajo en el extranjero, pues hay muchas barreras de visados, el  perfil que se pide es muy alto, y además te hacen competir a nivel idioma con los nativos”. La fundadora de Sabática nos propone otro tipo de  programas de trabajos básicos para mantenerse en el país, al tiempo que  aprendes otro idioma: “Yo lo veo como que te están pagando para aprender inglés; además de todo lo que aprendes al dejar tu zona de confort y aprender a espabilarte, te da muchas tablas para el futuro”, comenta. Otra de las posibilidades es la que ofrecen algunas organizaciones sin ánimo de lucro que dan alojamiento y comida a cambio de la realización de trabajos de colaboración y ayuda en programas específicos. Se trata de una forma de pasar las vacaciones o un periodo de nuestra vida y que permite combinar el conocimiento de otra lengua y cultura con la colaboración en un proyecto de interés social, cultural o humanitario. Una de las iniciativas de la Unión Europea para promover la movilidad es el Servicio Voluntario Europeo para aquellos que desean realizar labores voluntarias en algún proyecto  desarrollado en otro país. Para obtener información más concreta sobre estos programas, se puede visitar la página: www.europa.eu