Por norma general, en una entrevista de trabajo se produce una situación desigual entre el aplomo del entrevistador y la vulnerabilidad del candidato. Esta situación puede llevar a los aspirantes a verse obligados a responder a preguntas que atentan contra su derecho a la intimidad y que pueden ser motivo de discriminación. Las preguntas que se hagan durante un proceso de selección deben estar relacionadas exclusivamente con la formación y la experiencia laboral.

Estas son las líneas rojas que ningún entrevistador debería cruzar:

1. Preguntar si tendrás hijos o si estás valorándolo. Esta es una cuestión que va siendo menos frecuente, pero a la que muchas mujeres han tenido que enfrentarse (no suele preguntarse a los hombres). Hay que tener claro que hacer esa pregunta es ilegal, aunque puede que el entrevistador no sea consciente de que está haciendo algo que no está permitido.

2. No discriminar por tu origen o nacionalidad. En principio, una entrevista debe limitarse a la esfera profesional, y nada que tenga que ver con la esfera privada debe formar parte de este encuentro, incluido tu país de procedencia. Ahora bien, se puede dar el caso de que te lo pregunten por algún tema administrativo relacionado con la organización interna de la empresa o con cupos que estén establecidos a nivel gubernamental para trabajadores de determinados países, y la pregunta no tenga como fin discriminar por tu origen.

3. ¿Tienes pareja?, ¿estáis casados? Ser soltero o estar casado es algo que no afecta al desempeño de un trabajador y no es de incumbencia de la empresa. La intromisión en los estilos de vida constituye una ilegalidad.

4. Si tienes alguna enfermedad. El estado de salud o si se tiene alguna enfermedad, sea o no visible, no cabe preguntarse en una entrevista. Siempre que se esté capacitado para el puesto la salud no puede ser motivo de indagación.

5. Edad. Preguntar por la edad en la entrevista es ilegal. Si no se quiere responder, puede decirse que la edad no afecta a la motivación y el compromiso con la empresa. Si se es mayor, se puede resaltar la experiencia y la estabilidad, y si se es joven los conocimientos actualizados y la capacidad de amoldarse al puesto.

6. Orientación sexual, religión, ideología. No se puede discriminar por ninguna de estas razones. Queda recogido en la Constitución Española en el apartado de derechos fundamentales. No se hará directamente, pero puedes verte obligado a pronunciarte en este sentido.

7. Afiliación sindical. La afiliación sindical pertenece al ámbito personal. Puede constituir motivo de discriminación por lo que preguntarlo es una mala práctica.

8. ¿En qué año te licenciaste? Esta pregunta es ilegal. Puede que aparezca en tu CV, pero si no, no puede ser preguntado ni debes sentirte obligado a responder.

9. Sexo. Para determinados perfiles, ser de uno u otro sexo puede significar ser discriminado. Esto le ocurre con frecuencia a las mujeres que optan a puestos que han sido tradicionalmente ocupados por hombres, como los que conllevan cierta responsabilidad, los tecnológicos, científicos o muy técnicos, o los que requieren ciertas aptitudes físicas. Aunque no es algo que se pregunte en la entrevista por ser evidente, sí es una situación que puede surgir en personas transexuales. Es ilegal preguntar.

10. Cobrar por hacer la entrevista. Recientemente se ha demandado a una aerolínea española por hacer pagar a sus candidatos a asistentes de cabina 60 euros para poder participar en el proceso de selección. Esta práctica atenta contra los derechos que protege el Estatuto de los Trabajadores, porque no puede discriminarse por el acceso al empleo. Cobrar dinero supone un impedimento al acceso al puesto de trabajo.

El número de preguntas de este tipo que surjan durante la entrevista y la forma de abordarlas puede hacer que te plantees como será el día a día en esa empresa, para la que es tan relevante tu vida personal, y valorar si estás dispuesto a formar parte de ella.